El Portazgo cosechó su segunda victoria consecutiva por primera vez en el presente curso derrotando con justicia al Santa Cruz en el campo de A Lavandeira. Un vital triunfo cimentado en la excelente parte inicial de los nuestros, cuya renta de dos goles fue suficiente para apaciguar el empuje final del cuadro oleirense. Tres puntos que permiten, además, abandonar los puestos de descenso directo.
Tras la agónica (aunque merecida) conquista de Curtis siete días atrás, los cullerdenses sabían de la especial relevancia de esta otra batalla. Y así salieron al campo, dominando con claridad desde el pitido de la joven colegiada Eugenia Gil Soriano (mejor arbitraje de la temporada, de lejos). El centro del campo era totalmente rojiblanco, y el tanto inaugural tardó unos minutos de nada en confirmar la realidad del partido.
Bruno sacaba de banda en largo, colocando el balón en el área pequeña, donde Alberto tocó, el portero erró y Dani aprovechó en la misma línea de gol para anotar un domingo más. El Santa Cruz, que llevaba tres semanas sin encajar, buscó reaccionar con rápidos envíos a sus hombres de ataque, pero su igualada surgió de un robo en campo enemigo, el punto débil del Portazgo desde el mes de septiembre. Cuántos puntos más se llevarían de no ser por estas pérdidas, en muchas ocasiones, evitables.
Sin embargo, la situación del duelo no varió un ápice, y los centrocampistas y delanteros rojiblancos seguían combinando y desarbolando las líneas rivales. Otra diana se acercaba, y esta nació desde una posición similar a la encajada en propia puerta por el Larín recientemente. Bruno botaba una falta lejana, Luis amagó con peinar y engañó al portero, permitiendo que la pelota lanzada por su capitán se introdujese en la portería por segunda vez.
El Santa Cruz dispuso de una gran ocasión para equilibrar de nuevo el marcador en botas de Luisete, su delantero y futbolista más peligroso, pero su uno contra uno frente a Manuel acabó con el esférico lamiendo el poste. Poco después, Dani sí acertó para obtener su doblete y doblar la ventaja de su equipo. En una jugada preciosa, por cierto.
Luis, tan hábil como siempre recibiendo de espaldas, metió su enésimo pase entre líneas para su compañero, aunque por allí apareció Eirís para recibir, levantar la cabeza y poner el balón a los pies del joven goleador cullerdense, que se había desplazado hacia el centro para ver puerta de nuevo. Una triangulación fantástica que ponía la guinda a una primera mitad muy notable del conjunto que competía como local.
En la reanudación se mantuvo el control, si bien la intensidad se iba reduciendo a medida que pasaban los minutos. Manuel y la zaga no trabajaron en exceso hasta bien avanzado el reloj, aunque en los últimos minutos la cosa sí pareció complicarse. Los visitantes empezaron a subir las revoluciones, y encontraron un segundo tanto tras varios rebotes en área rojiblanca. Luisete andaba por allí, ubicado en zona franca para marcar.
Los chavales de Roberto Rumbo, especialmente Dani y George, buscaron matar el encuentro a la contra, aunque sin suerte esta vez. Los que esperaban un bombardeo del Santa Cruz también se marcharían decepcionados, porque las opciones de los azulgranas se limitaron a un par de faltas que salían muy desviadas.
En definitiva, tercera victoria en los últimos cuatro partidos (sin contar el aplazado), que permiten al Portazgo pegar un buen salto y apretar de forma considerable la zona baja, en la que se hayan inmersos hasta siete equipos. El nuestro podrá seguir trepando puestos si mantiene la actitud, el nivel y la puntería del último mes. Próxima parada, Visantoña.
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