Las aguas, cada vez más abundantes, siguen su cauce de cada domingo en O Carrizo. Nuevo encuentro con numerosos goles y otra victoria del Portazgo frente a un rival directo, que permite a los rojiblancos coger un pequeño colchón de puntos sobre la zona de descenso. Y como había ocurrido en recientes ocasiones, los cullerdenses comenzaron como un tiro y casi acabaron pegándose uno en el pie.
En otro choque con importantes bajas (Quintela, Gago, Rober, Luis...), algún jugador en regulares condiciones de salud y otros fuera de posición, todo el mundo tenía claro que un buen arranque podría resultar decisivo. Y así aconteció. Los dos delanteros titulares, Dani y George, se repartieron el protagonismo anotador en los primeros veinte minutos y regalaron al Portazgo una ventaja en el marcador que ya nunca se perdería.
El habitual interior izquierdo del equipo agarró el balón en una buena posición ofensiva, se fue escorando hacia su costado, y aprovechando su velocidad llegó cara a cara ante el portero, al que batió con un disparo raso cruzado. Poco después de un posible penalti por mano en el área visitante, Marcos lanzaba en carrera a George por la derecha, que tampoco erró en el uno contra uno.
Casi nada se había visto hasta entonces del Meicende, con dificultades para adaptarse a un terreno de juego diferente al suyo. Pero a partir del segundo tanto, el Portazgo se relajó de manera alarmante y el rival se fue acercando a la portería más de lo aconsejable, simplemente a base de balones largos. Su gol estaba al caer y, en efecto, surgió tras una contra local que los arteixanos rompieron para efectuar otra que sí terminó en la red.
El paso por vestuarios y el cambio de esquema no acabó de desperezar a los rojiblancos de su siesta, e Iván tenía que intervenir en varias ocasiones para evitar el empate, así como también haría Oubel, negando in extremis el chut a su hombre más peligroso. Sin embargo, el cuadro visitante estaba tan lanzado que su zaga presentaba huecos por todas partes, y la velocidad de Dani estuvo a punto de traducirse en alguna otra diana. Sería un recién entrado al campo el que se encargaría de atinar.
En una de sus últimas intervenciones, George volvió a caerse a la derecha y regaló un buen balón a Richard, que dribló al meta y pareció sellar los tres puntos para los de casa. Nada más lejos de la realidad. Casi de inmediato, otro pepinazo que pasa entre los centrales locales y su espigado atacante pica por encima del desprotegido Iván. ¿Quedaba tiempo de sufrimiento?
En principio, no lo parecía, gracias al penalti ganado por Yuki. Gabi, que volvía tras dos meses de inactividad, disparó desde lejos y el portero arrolló al veterano futbolista rojiblanco tras despejar hacia un lado. Marcos anotó su primer gol del curso desde los once metros con gran tranquilidad. Pero los visitantes aún no habían dicho su última palabra, y en otro lanzamiento desde fuera del área se toparon con una mano local. Nueva pena máxima y 4-3.
De ahí al final, otra expulsión que lamentar en nuestro bando. El Meicende se volcaba con todo, incluido su arquero, en un córner. El Portazgo fue incapaz de aprovechar la contra siguiente con la puerta vacía, y Gabi se colocaba delante del meta para impedir que sacara rápido. Amarilla. Y entonces vino su absurdo error, al quedarse hablando por allí. Otro jugador se le encaró y el colegiado mostró tarjeta a ambos, con la consiguiente roja para el cullerdense. Tonto final para lo que era un feliz cameo.
A los visitantes no les dio tiempo a sacar nada de su superioridad numérica, porque el colegiado ya había descontado un mundo innecesario y solo les dejó colgar la pelota una última vez. Así pues, tres puntos más en el casillero tras otra buena prueba ofensiva aunque, como viene siendo habitual, empañada por lapsus de concentración y defensivos cada dos por tres. Será vital corregirlos de cara a la visita a nuestros vecinos de Almeiras.
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