Pocos podrán reclamar el precio de su entrada a O Carrizo el pasado domingo. El Portazgo volvió a ofrecer su más salvaje versión ofensiva para dar buena cuenta del Carnoedo, hasta hace bien poco líder de la categoría. Los cullerdenses cimentaron su triunfo en la ventaja obtenida en la primera parte, con un Luis estelar, si bien sufrieron e hicieron sufrir más de la cuenta en la segunda.
Como había sucedido frente al Brexo Lema, los rojiblancos arrancaron desmelenados en ataque. Tras varios intentos frustrados, Alex sacaba de forma magistral una falta desde el costado derecho para que Luis hiciera el primero peinando suavemente sobre la salida del portero. Un gol calcado al que había sumado frente al Visantoña. El buen trabajo de sus asistentes continuó poco después, con Yuki tirando de generosidad para que el mismo delantero anotase el segundo a puerta vacía.
El Carnoedo, un equipo que hasta esta jornada había encajado solo once goles, quedó tocado, pero se encontró con un balón muerto en el punto de penalti a la salida de un córner, y su espigado ariete la enchufó. Sin embargo, sería un espejismo. Un balón bien picado por encima de la zaga visitante envió a Luis a fajarse con uno de los veteranos defensas enemigos, pero el jugador cullerdense venció el cuerpo a cuerpo, regateó al meta y completó su triplete. Dani, que había estado haciendo añicos a su par por la izquierda, entró por enésima vez en el área, metió un pase raso y por el segundo palo apareció George para subir el cuarto tirándose al suelo. Con la llegada del descanso, delirio absoluto y perplejidad en el Carnoedo.
Con semejante ventaja, la idea principal era no perder la concentración y mantener la solidez en todas las líneas. Y la ofensiva seguía destrozando a la aturdida defensa visitante. Luis se disfrazaba de pasador esta vez y centraba desde la derecha para que George volviera a golear gracias a su estupendo desmarque. Una pérdida de balón en campo propio fue aprovechada por los blanquiazules para doblar su anotación, pero Luis les borró la sonrisa casi de inmediato. Un buen envío de Dani, control preciso y, nada más caer, zapatazo a la red. El festival anotador continuaba con esta obra de arte.
Con 6-2 y poco más de veinte minutos por delante, cualquiera hubiera pensado que el partido estaba sentenciado y, así, empezaba el carrusel de cambios. Pero el Portazgo se empeñó en darle emoción en apenas diez minutos. Un inoportuno resbalón de Manuel ponía en bandeja el tercero para el Carnoedo, cuyas tropas se crecieron y obtuvieron el cuarto con un cabezazo. El bando local había perdido el norte en estos momentos, y el árbitro señaló una pena máxima a favor del Carnoedo en medio de un barullo. Quedaba tiempo de sobra para llegar a un tie break...
En medio del tembleque generalizado entre los seguidores aparecieron dos recién entrados al campo para poner tranquilidad. Kun se encargó de subirla por la derecha y Richard, bien ubicado en el área, la mandó lejos del alcance del portero. La incredulidad de todos regresaba en pocos minutos, con otro patapún visitante y su delantero pequeñín que aprovecha la indecisión de Iván en la portería. Era una tarde de tenis y O Carrizo se apuntaba a la moda con este alocado 7-6, pero Richard ansiaba más. Otra contra, esférico en su poder, dribbling al arquero y gol final.
Fue un desenlace feliz para una tarde de locos, que probó que el Portazgo puede derrotar a cualquier rival de esta competición. Pero también que la falta de intensidad y los regalos pueden costar más de un disgusto de aquí en adelante. Tres puntos importantísimos que permiten salir del descenso, aunque, al mismo tiempo, un serio aviso para la organización defensiva del equipo.
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