lunes, 30 de septiembre de 2013

Queixas 5 - Portazgo 2

El Portazgo naufragó en el campo de A Revolta contra un Queixas súper agresivo que dio muestras de su arsenal ofensivo pero también de alguna acción de juego sucio innecesaria. Esta se produjo nada más empezar, con un rival destrozando la nariz de Alberto y enviando al jugador rojiblanco al hospital. El señor colegiado, Recarei Añón, dejó pasar la acción sin una miserable tarjeta amarilla.

Llegados a este punto, hay que denunciar la falta de coherencia y de criterio de los árbitros. Es incomprensible cómo puedes ver una tarjeta por la más mínima protesta ('Pero qué pitas?') y en cambio dejar a un contrario sangrando no se penaliza con nada. Ahora, una persona tiene que pasar por el quirófano y, más allá del fútbol, estará días de baja en su trabajo. Es algo de locos.

Como lo personal es bastante más importante que lo deportivo, todo el club y la plantilla desean la mejor y más temprana recuperación a nuestro futbolista, que se operará de la nariz la próxima semana. 

La acción ya citada dejó groggy a todo el equipo y el cuadro local tiró de su pegada para encarrilar el encuentro. Un saque de puerta propio mal defendido y una buena internada de Minguilla por la izquierda desembocaron en una doble ventaja para el Queixas, con Álvaro, pichichi del curso pasado, como ejecutor.

Los cullerdenses apenas mordían y sus escasas ocasiones se limitaban a disparos lejanos de Kike. La entrada de Matías, que volvía al equipo tras más de un año en el extranjero por estudios, arrojó algo de luz, ya que el mallorquín aportó la garra que se echaba en falta. Pedro, sustituto de Alberto, gozó de la mejor oportunidad visitante cerca del descanso pero su chut se fue desviado por centímetros.

La idea tras el descanso era ver puerta rápido para meterse en el partido. Y pasó lo contrario, como en Mera. Minguilla subía el tercero al definir en un mano a mano y el panorama pasaba de gris a casi negro. Checa no estaba de acuerdo y recortó distancias con un cohete desde el pico del área, aunque la alegría duró poquísimo porque el Queixas goleaba de nuevo, esta vez con un testarazo.

El duelo se había convertido en un toma y daca, y en esas Matías añadió otro tanto al marcador al picar sobre la salida del portero. Él mismo pudo hacer otro más minutos después, al enviar un centro chut al larguero. La desesperación entre la parroquia rojiblanca se acentuó cuando el colegiado hacía la vista gorda con una clamorosa cesión. Y ya para culminar su espectáculo, se inventaba un penalti que hasta provocó las carcajadas del banquillo local. Expulsando a Kike, además.

En definitiva, que hay cosas en el fútbol contra las que no se puede luchar (o sí?). Fuimos peores que el enemigo, claramente, pero a este deporte tienen que jugar once contra once, sin ningún añadido. Debemos olvidar cuanto antes esta penosa tarde y ponernos las pilas de cara a la próxima cita, en O Carrizo frente al Sigrás.

El once del Portazgo estuvo formado por: Julián, Uxío, Francesc, Marcos Cancelo, Quintela, Kike, Sergio Castelo, Alberto, Checa, Dani y Marcos Cousillas. También jugaron: Pedro, Matías, David Castelo y Villa.

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