martes, 9 de abril de 2013

Carnoedo 2 - Portazgo 1

Remó y remó el Portazgo en su visita a Carnoedo, especialmente en la segunda mitad, pero el conjunto rojiblanco terminó en la orilla en el estreno del nuevo entrenador, David Mariño. El equipo fue muy de menos a más a lo largo del encuentro, aunque el segundo gol del cuadro local, bastante tardío, fue una losa insalvable. 

El arranque no era muy esperanzador. Tras varios intentos, el once blanquiazul se adelantaba gracias a su jugada preferida, el balón en largo buscando la espalda de la defensa. Por allí apareció su ariete, el gigantón Vila, que la bajó con calidad y fusiló a Iván. Las cosas no funcionaban, con un portero nervioso, una zaga insegura, un centro del campo incapaz de imponerse y un ataque estéril. 

Poco a poco, mientras el Carnoedo creaba peligro en varios saques de esquina o de banda, los cullerdenses espabilaban. Una acción de Rober por la izquierda terminaba con un disparo alto de Alberto, idéntico destino de una carrera por el centro de Eirís. Ya al final del primer acto, Dani reclamaba con insistencia una mano en área rival, pero el colegiado dejó seguir. 

El panorama solo podía ir a mejor en la reanudación, y así sucedió. Los reajustes en la pizarra con la entrada de Bruno y Kun surtían efecto y el dominio y las llegadas más claras eran ahora para el cuadro visitante. Dani, ya ubicado en su habitual banda izquierda, probó suerte con dos disparos antes de asistir en la mejor ocasión del Portazgo, un remate de Alberto que se marchó alto debido a la carga de un central. 

El Carnoedo, superado en estos momentos, jugaba la carta del contragolpe y también a balón parado, llegando a chutar al poste en una acción de estas últimas. De poco les sirvió a los locales la expulsión de Quintela, pues su rival cullerdense seguía controlando el partido. Lamentablemente, cuando más parecía que llegaría la igualada apareció el segundo tanto del cuadro de casa. 

Casi sin tiempo, los rojiblancos no se rendían y recortaban de inmediato con un buen pase de Marcos a la diagonal de Dani, que definía en el uno contra uno. Muy poco después, el pitido final, que dejaba un mal sabor en las tropas visitantes tras la reacción en la segunda parte. Quedan cinco finales, incluyendo tres duelos directos, y el margen de error se ha terminado. A partir de ahora es ganar o ganar. 

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