El Portazgo se alzó con un nuevo triunfo a domicilio en el complicado terreno de Os Pinares, hogar del Brexo Lema, gracias a dos dianas de muy diverso estilo y ejecución pero que terminan valiendo lo mismo. En este caso, tres puntos vitales en la lucha por la permanencia, que permiten salir, aunque sea de momento, del descenso directo.
El campo cambrés no era una alfombra pero tampoco estaba nada mal, teniendo en cuenta las constantes lluvias de las últimas semanas. El árbitro indicó el comienzo y ambos contendientes se repartieron los primeros compases, sin un dominador claro. Había batalla en el centro del campo y en las bandas, naciendo desde la derecha visitante el tanto inaugural.
Luis, que regresaba al equipo, avanzó desde el costado sorteando rivales hasta llegar a la posición de Alberto, al borde del área. Este último buscó a George, que a su vez y de primeras envió un gran pase por encima de un zaguero a la carrera de su interior diestro. Ya frente al portero en el uno contra uno, el otras veces artillero rojiblanco no erró y culminó una preciosa jugada, posiblemente el mejor gol de toda la temporada.
Lamentablemente, y como ha ocurrido tantas veces, la ventaja cullerdense derivó en una reacción inmediata del rival. El Lema se adueñó por completo del medio y empezó a acumular una ocasión clarísima tras otra; Bruno aniquiló in extremis una de ellas, mientras Lennon, máximo goleador de la competición, no tenía su tarde. Su compañero Bimba, sin embargo, sí atinó para empatar.
El Portazgo pudo sobrevivir a la estampida blanquiazul y reaccionó en el descanso, colocando a dos pivotes puros para contener esa zona. Y vaya si surgió efecto. La zaga dejaba de sufrir y ahora eran los visitantes los que disponían de oportunidades, como un cabezazo flojo de Quintela o una internada de Eirís que Kun no pudo transformar.
Cosas del fútbol, a veces la recompensa aparece como menos te lo esperas, y así sucedió con el que acabó siendo el tanto de la victoria. Gago, presionado, despejaba desde su propio campo y Luis acudió a pelear el pepinazo. Su presencia provocó que el capitán cambrés y su portero chocaran, mientras el esférico se introducía manso en la red local.
El Lema trató de responder otra vez pero las tropas rojiblancas se vistieron con el mono de trabajo para evitar nuevos disgustos. Todos peleaban y corrían en cualquier parte del campo, e Iván también cumplía con su papel al desbaratar la igualada con una soberbia intervención final. La desesperación blanquiazul se personalizó en su futbolista Abdu, expulsado antes de que el pitido arbitral confirmara la conquista y los puntos para el cuadro cullerdense.
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